
Elegir el proceso de soldadura apropiado es crucial para mantener la integridad del procesado en caliente barras cuadradas de acero de aleación . La selección de una técnica de soldadura depende en gran medida del tipo de aleación, su aplicación prevista y las propiedades mecánicas deseadas. Por ejemplo, la soldadura de MIG (gas inerte metálico) se usa comúnmente para una producción más rápida y una unión eficiente de secciones más gruesas de acero de aleación. La soldadura de TIG (gas inerte de tungsteno), por otro lado, a menudo se prefiere cuando se requieren precisión y control, como en soldaduras críticas o de alta calidad donde la apariencia y la resistencia son primordiales. La soldadura de Stick es otra opción y a menudo se usa para su versatilidad, especialmente en aplicaciones de servicio al aire libre o pesado.
La preparación de la superficie adecuada es esencial antes de soldar para evitar la introducción de contaminantes que puedan debilitar el enlace o causar defectos en la soldadura. La superficie de las barras cuadradas de acero de aleación debe limpiarse de cualquier aceite, óxido, escala de molino o escombros utilizando materiales abrasivos o productos químicos. Los contaminantes pueden conducir a una fusión deficiente entre el material base y el metal de relleno, lo que resulta en articulaciones débiles o puntos de falla potenciales. Para ciertas aleaciones, se puede recomendar precalentar el acero antes de la soldadura para reducir el riesgo de grietas, especialmente en secciones más gruesas. El precalentamiento reduce el diferencial de temperatura entre la zona de soldadura y el material circundante, lo que permite una expansión térmica y contracción más controladas.
La entrada de calor excesiva durante el proceso de soldadura puede afectar negativamente las propiedades mecánicas del acero de aleación procesada en caliente, lo que puede conducir a cambios en la microestructura que pueden provocar fragilidad, resistencia o distorsión reducida. Es fundamental controlar la entrada de calor ajustando los parámetros de soldadura, como la corriente, el voltaje, la velocidad de viaje y el tipo de electrodo. Usar demasiado calor puede hacer que el material experimente sobrecalentamiento localizado, lo que lleva a la formación de áreas más suaves o un aumento en el estrés residual, lo que luego podría dar lugar a deformación o agrietamiento. La clave es usar la entrada de calor más baja necesaria para producir una soldadura de sonido y fuerte sin exceder los límites de temperatura que degradarían las propiedades de la aleación. Por lo general, el uso de una técnica de soldadura múltiple puede ayudar a controlar la entrada de calor de manera más efectiva.
Después de la soldadura, el tratamiento térmico posterior a la solilla (PWHT) a menudo se requiere para restaurar las propiedades mecánicas del área soldada, especialmente para las aleaciones de alta resistencia. El proceso de tratamiento térmico, como el alivio del estrés o el recocido, ayuda a reducir las tensiones internas que se desarrollan durante el proceso de soldadura y mejora la ductilidad y la dureza del material. El tratamiento posterior a la solilla implica calentar el componente soldado a una temperatura específica y mantenerlo a esa temperatura durante un período de tiempo antes de permitir que se enfríe lentamente. Esto ayuda a suavizar el material, reducir la fragilidad y garantizar que el área de soldadura tenga propiedades similares al material base. PWHT es particularmente importante para secciones más gruesas de acero de aleación o materiales de alta aleación que son más susceptibles a la agrietamiento o la distorsión de la tensión.
El metal de relleno debe ser compatible con el material base en términos de composición química, propiedades mecánicas y características térmicas. Un material de relleno con una resistencia similar o mayor que la aleación base asegura que la soldadura pueda soportar tensiones similares o aún mayores. Si el material de relleno tiene menor resistencia, podría crear un punto débil en la soldadura, lo que lleva a la falla bajo carga. El material de relleno debe coincidir con el tipo de aleación (por ejemplo, aleación baja, inoxidable o acero para herramientas) para garantizar las propiedades metalúrgicas adecuadas y evitar problemas como la corrosión o el agrietamiento. Por ejemplo, el uso de materiales de relleno con mayor resistencia puede ayudar a mejorar la durabilidad general de la soldadura, especialmente en aplicaciones de carga cíclica o de alto estrés.